¿ QUÉ ES TASAWWUF (Sufismo) ?


De una introducción realizada por MOSTAFA AL BADAWI


Dr. Mostafa al-Badawi was born in Cairo in 1948. He graduated from Cairo University Medical School in 1971 and thereafter completed his postgraduate training in the United Kingdom in 1985. He has been practicing as a consultant psychiatrist since then. Dr. al-Badawi has authored several books in English, including Man and the Universe: An Islamic Perspective, The Prophetic Invocations, and Sufi Sage of Arabia: Biography of Imam al-Haddad. He has also authored several books in Arabic. In addition, Dr. al-Badawi has translated from the original Arabic into English several works.

El Sufismo es el corazón del Islam, su aspecto más profundo y central. Es un método de realización espiritual cuyo soporte doctrinal y ritual es el del Islam. Por lo tanto no puede haber una verdadera comprensión del Islam sin al menos algún grado de comprensión del Sufismo; ni puede haber ninguna comprensión real del Sufismo separadamente del Islam. No es posible comprender Sufismo mas allá de Islam. Un Islam sin Sufismo sería un cuerpo sin un corazón, un cuerpo privado de eso que pulsa dentro suyo y lo llena de vida; mientras que un Sufismo fuera del Islam sería un corazón sin un cuerpo, un órgano privado del sostén material del que depende su propia vida. Exactamente así como el cuerpo y el corazón dependen enteramente uno del otro para sobrevivir, así es la relación mutua entre el Islam y el Sufismo. Esto está claramente demostrado por el hecho de que los más famosos Sufíes* han sido típicamente acreditados eruditos ortodoxos, un patrón que se ha mantenido hasta hoy. Los esfuerzos de ciertos orientalistas para poner en duda la procedencia del Sufismo y sus intentos de atribuirle un origen foráneo al Islam son inevitables y sus motivos son obvios. Siendo incapaces o estando mal dispuestos a reconocer la verdad de que los aspectos más profundos de cualquier doctrina deben ser imposibles de aprehender desde afuera, son víctimas del espíritu de nuestros tiempos, que ha llevado a una civilización entera a afanarse bajo la ilusión de que cualquier cosa en absoluto se puede comprender leyendo acerca de ella y sometiéndola a una evaluación ‘racional’, (significando aquí ‘racional’, conformarse a las idiosincrasias y prejuicios de esa misma civilización).
Menos obvios, pero también menos excusables, son los motivos de aquellos Musulmanes, que careciendo ellos mismos de toda aptitud espiritual, no pueden soportar verla en otros y proceden así a negarla y combatirla con una vehemencia sorprendente.
Los primeros representan un intento por socavar el Islam desde el exterior, y los segundos, su no menos inevitable complemento, el ataque desde el interior. Ambos se sentirían mucho más cómodos con un Islam árido, unidimensional, que no requiriera de sus adherentes más que la comprensión doctrinal más superficial, y una conformidad ritual correspondientemente superficial que no permita espacio alguno para la búsqueda de la pureza interior y la iluminación. Este proceso al final no deja más que una cáscara vacía, una mera forma carente de todo significado.
Ninguna de las grandes religiones se ha visto eximida de esos ataques, porque no son otra cosa más que la respuesta inevitable y por lo tanto predecible, de los mundos inferiores a la luz que desciende desde arriba.

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