LA MIRADA DE UN SUFI A TRAVÉS DE LA MÚSICA



"Hay una música, dicen, en el mundo invisible. Se podría decir música universal, o música angelical, la que sólo escuchan los de corazón puro"
Autor: Mariana Guzzante
Fuente: Diario Los Andes


Sheikh Hassan Dyck mira el mundo a través de la sabiduría sufí, del Islam y también de una ventana a la belleza de Allah: la música.

Está en viaje y, en una pausa de silencio, de pronto asoma por nuestra ciudad con su larga barba blanca, su chilaba y su cello, para brindarnos uno de aquellos conciertos que expanden el rumor de sus nombres : ‘el Mago de la Música’, el ‘Buen Sirviente’.

Más allá, está su camino: alemán de nacimiento, musulmán por elección, cellista por aprendizaje, no hay horizonte más abierto que el de su rastro hindú y su flamante carrera musical europea. Aunque no es el inmenso repertorio que la nutre lo más interesante del Sheikh sino su experiencia esencial.

Entonces... ¿cuál es su concepción de la música? “Escuchar”, desliza en principio. Y expande: “Hay una música, dicen, en el mundo invisible. Se podría decir música universal, o música angelical. Pero sólo algunos pueden escucharla, los que tengan el corazón completamente puro, como un maestro. Un santo".

"Tratamos de escuchar la inspiración no sólo con este oído sino con el oído interno. El estilo de la música es secundario. Es más importante que el que toca y el que escucha alcancen durante el concierto este tipo de concentración, donde todos están escuchando. Rumi dijo: "el que toca es el que escucha y el que escucha es el que toca”.

Así lo entiende el alemán que alguna vez fue cómico de cabaret. Un iniciado que ha sabido celebrar al humor como “uno de los más bellos atributos de Dios”.

Y nos abisma en la sintonía cósmica y el enlace compartido: “las piezas musicales parten de una nota base, como es en la música de escalas. En India son Ragas, en Irán Dasca, en Medio Oriente se dice Maqam. Para una pieza musical usamos una escala y cada nota refiere a la nota base.

Si conocemos algo de esto podemos usarlo para crear estados de ánimo, los cuales son útiles para ubicar a todo el público en un estado espiritual determinado. Y así el que escucha quizás esté abierto a manifestaciones divinas. De modo que la actividad es absolutamente mutua... El que toca y el que escucha no saben lo que viene, hay mucha improvisación, y todos comparten- si el resultado es bueno – una buena experiencia.

Luego, en la segunda parte de nuestro concierto, cantamos junto con la audiencia mantras y palabras divinas. Estas palabras tienen un efecto especial sumándose a la música, una vibración especial, un sonido especial, y lo cantamos en una frecuencia especial también. Es bueno para abrir y para alcanzar estados internos”.

¿Cuál es la situación ideal para esta sintonía?

La concentración. Que la gente esté concentrada, meditando sobre sí, y tengan un anhelo por el alimento para los corazones. Acorde a este anhelo, el concierto acontecerá. El que toca es sólo un medio.

Él está sostenido por su maestro, y todo lo que la audiencia pida en su corazón, eso vendrá del que toca, exactamente. Tanto como la audiencia pida, sale. Ésa es la situación ideal. Deberían estar hambrientos, no comer... -bueno, se puede comer algo (risas)-, pero estar espiritualmente hambrientos.

Cuanto más pidan, más vendrá. Entonces debemos velar por nuestro estado. Es importante para el que toca el conectar con su maestro, y tanto como sea posible, mantener a su ego a un lado. En nuestro caso, el maestro se llama Sheikh Muhammad Nazim al Haqqani, quien vive en Chipre. Si él envía, nosotros recibimos. En síntesis, la situación ideal es confiar en las inspiraciones...

¿Qué revelaciones musicales y espirituales han marcado tu camino como artista?

Lo que más me ha marcado como músico fue un viaje a India, a los 21 años. Fui allí para enseñar música occidental, pero resultó que ellos me enseñaron música oriental. Tienen un concepto completamente distinto de la música y de cómo ejecutarla.

Es idéntico a lo expresado en el Islam y el Sufismo. Creemos que venimos de los Océanos Eternos de Creador, donde fuimos creados. Estábamos allí, todas las almas. Luego aparecemos en este mundo, vivimos una vida y al final, volvemos a los Invisibles Océanos de Allah. Todo en la creación es así. Viene de lo Divino y vuelve a El. Estamos aquí para mostrar la Belleza y los atributos Divinos de Allah. Esa es la razón, mostrar la belleza de Dios.

Esto fue para mí muy importante, y esta experiencia influenció nuestra música.

¿En qué consiste el concierto que te trae a Argentina, “La Caravana del amor. Música y cuentos de la Mística Sufí”?

“La Caravana del Amor”... es la caravana del amor. Indica, como dijo el Profeta Muhammad (la paz sea con él), que nuestra vida en esta tierra es un viaje. O menos que un viaje. Nuestras almas están viajando, aún antes de llegar a este mundo y después de este mundo. El profeta (sws) dijo que esta vida es un descanso... Es corto, muy corto. En la caravana del amor decimos que tú no deberías viajar solo.

Hay un dicho en árabe: “los amigos están antes que el viaje”. Si tienes que elegir entre con quién vas y por dónde vas, es más importante elegir con quién que por dónde. En otras palabras, si tienes un camino corto y uno largo, y en el largo tienes buena compañía, elegís el largo en lugar del corto. Porque el camino no está exento de peligros. También hay un líder en la caravana, que resulta ser el Sheikh. Y el viaje significa que finalmente quieres llegar al rey.

Estamos tratando de encontrar el amor, ésa es nuestra intención. A veces es difícil, hay pruebas, a veces es fácil. Finalmente no es el ser humano el que decide, sino Dios. Está escrito en el Sagrado Corán: “Él los ama y ellos lo aman a Él”. Primero Dios Te Ama, y a través de ese amor, ellos son capaces de amar. Eso es lo que tratamos de hacer, la caravana está abierta, todos pueden sumarse a ella. Para no viajar solo, sino en buena compañía.

Definitivamente hay motivos para entrar a “La Caravana del Amor” (Muhabbat Caravan) y seguir su ruta de conciertos y conferencias por Sudamérica desde hoy hasta el 24 de febrero. Y hay, pues, un público que se hermana con su mantra.

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